martes, 7 de diciembre de 2010

De esclavos excalvos y poetas

Dicen que todos somos un poco esclavos. De la moda, de la banca, del qué dirán, de la belleza. Mi hermano pequeño exige que sus zapatillas sean de marca, mi banco reclama avales para conceder hipotecas, mi vecina adúltera coge el ascensor cinco minutos antes que su amante, mis compañeras de piso se someten a dolorosas sesiones de depilación y manicura.

Sin embargo, pocos sienten el oneroso peso de sus cadenas. Si Bono es un esclavo, es un esclavo excalvo, que no es poca cosa.

He mirado lejos, buscando algún espíritu libre. He concluido que tal vez solo los poetas puedan decirse libres. Blok les dedicó uno de sus poemas, que es, además, mi preferido:

(...) Tú estas a gusto contigo mismo, con tu esposa,
con tu vida reducida,
pero los poetas sufren de dipsomanía mundial
y para ellos es poco una vida así.

No importa que mueran, como perros, tras la valla
o que la vida los haya enlodado.
Creen que algún dios los trajo aquí
para que besaran la ventisca y la nieve...”

Dicen que todos somos un poco esclavos. Ser poeta está al alcance de muy pocos. Por qué morir como un perro, tras la valla; por qué besar la ventisca y la nieve, si, después de todo, ningún dios te trajo aquí.


El mar de Brighton, que besa y funde la nieve.

2 comentarios:

Alberto López Marín dijo...

Bello post y bella foto. No es la primera vez que pienso que deberías probar con la literatura, si es que no lo has hecho ya. Abrazos.

Aurora Nacarino-Brabo dijo...

La literatura me queda muy grande, pero gracias, Albertito, crack.